abril 12, 2011

VIVIR, SABER MORIR"



Me molesta la palabra, "saber"

Para morir no hace falta saber morir, para vivir no hace falta saber vivir.

Si antes tengo que saber las cosas para hacerlas, entonces no soy espontáneo, entonces, he perdido la inocencia, no vivo.

Para vivir, no hace falta saber vivir.

El vivir es un don inmediato que lo tenemos todos, se nos ha dado.

Hace falta aceptarlo, hace falta disfrutarlo. Porque esta vida se nos ha dado por un tiempo indefinido.

Se pierde la inocencia si quiero saberlo todo.

Benditos aquellos que han llegado a la suprema ignorancia ( del griego “agnosia") los agnósticos, los que saben que no saben…

Si somos iguales delante de la muerte es que somos exactamente iguales delante de la vida. Y por eso cada vida tiene un valor inconmensurable, infinito que no se puede medir por nada.

La vida se vive.

Y lo único que tenemos que hacer es quitar los obstáculos y el primer obstáculo es el miedo. El miedo a la muerte que es el disfraz del miedo a la vida.

En cada momento jugamos nuestro destino. Si cada instante vivido, en cada puesta de sol o en un dolor de muelas no es una revelación única no se vive ni la puesta de sol ni el dolor de muelas.


El problema de la muerte no se puede desvincular de la aventura de la vida. Y la vida es una aventura y si no sabemos el momento de la muerte es que tampoco sabemos el momento de la vida. Si me preocupo de cuando moriré no me preocupo del momento de ahora que vivo.

¿Qué le pasa a la gota de agua que cae en el mar? …desaparece

Pero yo que soy la gota de agua o el agua de la gota?….y que le pasa al agua de la gota…al agua de la gota no le pasa nada.

Si se me escapa la muerte se me escapa la vida.

El último minuto es como el penúltimo o como el antepenúltimo…tenemos miedo al sufrimiento y como tantas veces queremos prolongar la agonía artificialmente tenemos miedo a esta agonia inhumana de no morir naturalmente.

La sabiduría consiste precisamente en reconocer la unicidd de un instante.

Por esto no escarmiento, por esto me pueden engañar…porque si no nos enamoramos cada instante de lo que estamos haciendo somos esclavos…

La vida nos ha sido dada y solo se merece dándola, y entonces soy feliz.

Dice un sabio griego. Quien no vive ahora la vida eterna…”que se despida de vivirla luego”

Raimon panikkar

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