marzo 30, 2012

Vivir la vida

Para poder decir Sí, tienes que sudar y remangarte la camisa y sumergirte en la vida hasta los codos. Decir No es fácil, incluso cuando ello signifique la muerte.
 -Jean Anouilh

Vivir la vida

No hace mucho me invitaron a una fiesta. Al principio me sentí emocionada porque supuse que conocería gente nueva; en ese momento quería hacer más grande mi círculo de amistades. Más tarde, cuando llegó la noche de la fiesta, podía sentir un deseo cada vez mayor de quedarme en casa. Incluso empecé a justificar mi estado diciendo, "Bueno, la fiesta empieza en una hora y puede que llueva. Mi vida ya me llena lo suficiente tal como es. Ni siquiera se darán cuenta si voy o no voy. No es la gran cosa." Mis necesidades de tranquilidad y de expandir mi círculo de amistades parecían encontradas. En ese momento mi necesidad de descanso era mayor, así que jugué con la idea de romper el compromiso que había adquirido conmigo misma y con la amiga que me había invitado.
¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿Quieres algo con fuerza pero, más tarde, no te animas a ir a por ello? A veces decir que no es más fácil. Significa que no tenemos que aprender nada nuevo o sentir incomodidad al estar ante una situación desconocida. Y podemos contarnos que la razón por la que no queremos lo que habíamos deseado es porque el Universo no nos lo ha dado. Decir que sí significa arriesgarnos y aceptar todo lo que ello implica. Decir que sí significa crear la posibilidad para el cambio simplemente porque tenemos el valor de encararlo.
Al final fui a la fiesta y me lo pasé en grande. Conocí a gente nueva que compartía mis valores y conecté con una comunidad de personas que están trabajando para tener más paz en el mundo. ¡Imagina cuánta abundancia hay en todo ello! Si me hubiese quedado en casa hubiera hecho mejores migas con mi televisión. Mmm.

Hoy, date cuenta de las oportunidades que tengas de decir que sí para enriquecer tu desarrollo personal.

marzo 22, 2012

LA TIENDA DE LOS ERRORES (Reflexión)

LA TIENDA DE LOS ERRORES (Reflexión)

Había cometido tantos errores a lo largo de mi vida que ya no sabía que hacer con ellos. Al principio los iba guardando en los cajones de mi casa en un fallido intento por olvidarlos, cosa que me fue imposible porque cada vez que buscaba alguna solución (que también suelo guardarlas en los cajones), aparecían recordándome el fallo cometido.
Cuando ya los cajones no cerraban del peso, tuve que sacar algunos errores y empezar a colocarlos en los altillos de los armarios. Ahí tenía sitio de sobra así que me relajé pensando que pasaría mucho tiempo hasta que completase ese gran hueco. Otro error. Al cabo de unos meses ya no cerraban las puertas. Y claro, entre tanta equivocación apenas se veían las soluciones, pero estaban ahí guardadas, sólo que yo no tenía paciencia para buscarlas.
Ya cuando mi casa había sido "okupada" por tantos errores tuve que tomar una medida drástica, no podía continuar así, tropezando por el pasillo, sin sitio en la encimera de la cocina y sentándome encima de ellos por todas partes. Y como suelen aparecer las cosas, osea, cuando no las buscas, apareció un día en un cajón la solución: abrir una tienda para vender todos mis fallos.
Eran ventajas por todas partes. No tenía trabajo y ahora iba a montar un negocio, además de perder de vista todos esos lastres en mi vida me sacaría unos beneficios.
¿Y quién querría comprar mis errores? ¿ acaso la gente es tan tonta que compraría los errores de otra persona para sí misma?. Pues sí. Mi tienda fue todo un éxito porque nadie escarmienta por cabeza ajena y lo que para mí fue un error, tal vez para otra persona no lo sea.
El caso es que me quedé apenas sin errores y claro, tuve que cerrar mi tienda. Pero estaba lista para comenzar de cero con el almacén vacío pero deseosa por llenarlo de las cosas que he ido comprando con el dinero que gané vendiendo mis desaciertos.
Invertí en sabiduría, que me deja unos grandes réditos. Me hice de una buena experiencia que he puesto a plazo fijo. Ahorré disgustos y lágrimas. No me hizo falta comprar alegría, me la regalaron por mis buenos negocios. Y la tranquilidad se acomodó en mis cajones, ya vacíos y aburridos de estar tan solos. Sé que seguiré cometiendo equivocaciones, lo que ocurre es que el espacio donde las iré guardando ya está ocupado por las vivencias, y éstas serán muy reticentes a la hora de dejar sitio para nadie más.
¿ Y saben qué les digo queridos amigos?... que no hay ni un sólo día que no recuerde todos mis errores, porque gracias a ellos soy la que soy y cuando veo que alguien va a cometer el mismo error que yo cometí, sólo le puedo pedir que ... le alquilo mi tienda.

"Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme". Charles Chaplin.

MAITE NAVARRO

marzo 05, 2012

Ojalá podamos merecer que nos llamen locos

"Ojalá podamos merecer que nos llamen locos (...)
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo".

(Eduardo Galeano)

marzo 04, 2012

Estoy viva como fruta madura...


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... Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.
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Gioconda Belli

marzo 02, 2012

la belleza.....


La gente suele decir que «la belleza está en el ojo del espectador," y yo digo que la cosa más liberadora de la belleza es darse cuenta de que tú eres el espectador.
Esto nos da la fuerza para encontrar la belleza en lugares donde otros no se han atrevido a mirar en el interior, incluidos nosotros mismos. ~
 ~ Salma Hayek