abril 11, 2011

Flores del desierto...Mario Vargas Llosa

Todas las flores del desierto están cerca de la luz.

Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que andan por la
calle con abrigos largos y minifaldas, las que huelen a limpio y
sonríen cuando las miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de
vértigo.

Las mujeres más bellas esperan el autobús de mi barrio o se compran
bolsos en tiendas de saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los
labios de carmín de chino.

Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los
ojos, que te acarician las manos cuando estás triste, que pierden las
llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y
lloran sólo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al
viento.

Las bellezas reales son las que toman cerveza y no miden cuántas
patatas han comido, las que se sientan en bancos del parque con bolsas
de pipas, las que acarician con ternura a los perros que se acercan a
olerlas.

Las preciosas damas de chándal de domingo.

Las que huelen a mora y a caramelos de regaliz.

Las mujeres hermosas no salen en revistas, las ojean en el médico, y
esperan al novio, ilusionadas, con vestidos de fresas. Y se ríen
libres de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un
beso.

Las mujeres normales derrochan belleza, no glamour, desgastan las
sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la
espalda. Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a
carcajadas, abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los
grandes grupos.

Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni lápices.

Las flores del desierto son las que están a tu lado. Las que te aman y
las que amamos.

Sólo hay que saber mirar más allá del tipazo, de los ojazos, de las
piernas torneadas, de los pechos de vértigo.

Efímeros adornos, vestigios del tiempo, enemigos de la forma y
enemigos del alma.
Vértigo de divas y llanto de princesas.

La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad.....................

Mario Vargas Llosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario