abril 14, 2012

Humildad y sabiduría



    Cuando pensamos que conocemos la verdad y somos verdaderos, podemos     llegar a convencernos de que tenemos razón. No somos capaces de ver     lo que la otra persona tiene que decir y seguimos insistiendo en     nuestra perspectiva. Esto puede conducir a discusiones inútiles y     conflicto.
    Junto a la verdad, también necesitamos humildad. La humildad nos     ayuda a presentar nuestras ideas a los demás de una manera     desapegada. La verdad en nuestro interior nos ayudará a entender a     la otra persona y nos mantendrá abiertos a su punto de vista.     Conseguiremos que nuestra perspectiva se entienda sin gran     dificultad ya que la otra persona también será capaz de ver nuestro     punto de vista.
    La verdad se demuestra cuando está combinada con la humildad.
    Cuando cometemos errores, a veces intentamos justificarlos. Damos     excusas y nos comparamos con quienes han cometido errores similares.     Pero perdemos la oportunidad de aprender de nuestros errores y a     menudo los volvemos a repetir. Entonces somos incapaces de     experimentar la felicidad que viene del progreso verdadero.
    La verdadera sabiduría reside en aprender de los errores de los     demás. Cuando alguien comete un error, nos enriquecemos con esa     experiencia. No necesitamos pasar nosotros mismos por esa     experiencia para aprender de ella. Cuando somos constantemente     conscientes de las consecuencias de las acciones de las personas,     experimentamos progreso a cada paso.
    Ser cuidadoso y atento nos ayuda a progresar. 

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