Hace años conocí a una mujer en la habitación 262 de un hospital que estaba fascinada por la facilidad con la que la gente andaba. Decía que era extraño que sacos de patatas de 70 o 80 kg se pudieran mantener en dos plataformas tan pequeñas... como son los pies.
Me relató que una vez compró un saco de patatas e intentó colocarlo encima de dos zapatillas y jamás consiguió que se mantuviera firme. Era una mujer intensa, rondaba los 90 y sonreía siempre que me susurraba que los humanos éramos “deliciosos sacos de patatas andantes”… No había maldad sino gran fascinación por nuestra fragilidad…Albert Espinosa
Me relató que una vez compró un saco de patatas e intentó colocarlo encima de dos zapatillas y jamás consiguió que se mantuviera firme. Era una mujer intensa, rondaba los 90 y sonreía siempre que me susurraba que los humanos éramos “deliciosos sacos de patatas andantes”… No había maldad sino gran fascinación por nuestra fragilidad…Albert Espinosa
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