diciembre 22, 2011

Dolor de cuello???

Decidido, me quedo rígido y si me mueve, vendrá el dolor. ¡A ver si llega a la consciencia el mensaje!

-¿Qué mensaje, amigo?-le dijo el esternón al cuello, y éste, tieso como una farola, le contestó:

-Cuando se desconecta el corazón del cerebro, me tenso… no se puede tener una mente tan fría y cerrar el paso al calor que llega de ahí abajo. Soy como un puente en el que han puesto un cartel de “cerrado el paso”.

El hueso miró hacia arriba y le contestó:

-Bien pensado, señor cuello, porque aquí con tanta desconexión, está subiendo la temperatura… no te extrañe que detrás de una tortícolis no interpretada, sobrevenga cualquier otra alteración de cardiaca o pulmonar.

Pero el dolor de cuello sí fue escuchado y la emoción fue reconocida y reconducida. Y es que no hay nada como atender a los mensajes del cuerpo para sanar de verdad el desequilibrio del alma.

Plano Creativo.

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El Cuello, Un Desfiladero Por El Que Corre La Vida.
El cuello, en el que se alojan traquea, esófago y parte de la médula espinal, es un estrecho canal por el que pasan al mismo tiempo el aire, el alimento y el agua, y la información. Al mismo tiempo contiene la laringe que produce la voz. El cuello es comunicación y relación en el interior y hacia el exterior. Junto con las vértebras cervicales, también representa la flexibilidad y la capacidad de ver lo que hay detrás.

No es de extrañar que un punto anatómico en donde se suele situar la angustia sea en el cuello. Inconscientemente sabemos que podemos morir por él: ahogados, descoyuntados, estrangulados, desfallecidos de sed o de hambre o paralizados por un golpe en la nuca.

De nuevo, las expresiones coloquiales hablan de manera figurada de lo que literalmente es: “me ahogo de pena”, “estoy de deudas hasta el cuello”, “me tiene con la soga al cuello este asunto”…

El cuello, al mismo tiempo separa y une lo intelectual, la cabeza, con el resto del cuerpo: lo emocional, lo creativo sexual y lo material. Es la unión y comunicación entre lo de arriba y lo de abajo; el “cuerpo espiritual con el material”. Desde arriba pasa el aire, los alimentos y las órdenes del cerebro. Desde abajo fluyen las emociones y los mensajes que el cuerpo envía al cerebro.

A más opresión, más problemas de integración entre ese ego y los demás. La persona que no acepta lo que siente en el cuerpo con su intelecto, puede vestir con cuellos apretados, bufandas y pañuelos que limiten toda la expresividad emocional que se aprisiona en su pecho. El extremo se alcanza cuando mantenemos una actitud interna inflexible y nos negamos a cambiar bajo ningún concepto, lo que puede obligarnos a llevar un collarín. Una metáfora de nuestra poca flexibilidad.

La forma en que se sostiene a la cabeza simboliza la posición del individuo en el mundo. La primera vértebra cervical, atlas, como el titán que sostenía la bóveda celeste, sostiene la bóveda craneana, es decir, nuestro mundo.
La persona que está dispuesta a aprender y a experimentar, que no se deja influenciar por actitudes negativas como “no puedo, o no quiero”, no acumulará tensiones en el cuello, se sentirá seguro con sus ideas y sentimientos.
Veamos algunos ejemplos:
*El cabizbajo -> ofrece su nuca para seguir humildemente recibiendo “los golpes de la vida”, mira la realidad de manera muy parcial, mirando sus propias desgracias, se pierde gran parte de lo positivo que le ofrece estar vivo.

*Caminar con la cabeza erguida -> la barbilla es símbolo de la voluntad, llevarla levantada es señal de que el sujeto desea que todo se haga según su voluntad. El mundo debe estar a sus pies.

*Inclinar la cabeza hacia la izquierda -> Abre la visión del campo visual derecho, el polo masculino, lo que lo hace más fuerte y determinante. Conecta con la mirada al mundo heredado del linaje paterno.

*Inclinar la cabeza hacia la derecha -> Abre la visión del campo visual izquierdo, el polo femenino, lo que hace la atmósfera más suave, sensitiva y da paso a la intuición. Se asoma al mundo desde la mirada del linaje materno.
Cualquier inclinación del cuello es limitante y evitativa. El colmo de este desequilibrio lo da la tortícolis, cuando una mitad de la realidad se anula por completo.

El temor al ridículo, a la humillación, a expresarse, la sobrecarga y el agobio, también pueden conducirnos hacia dolores y problemas en el cuello.

Esta reflexión nos hace concluir que el equilibrio y la apertura son las bases para vivir y comunicarnos de manera sana, tanto hacia el interior, como hacia el exterior. Debemos ser flexibles para tener en cuenta otras perspectivas, otros puntos de vista, otras maneras de ver y de hacer las cosas.

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