marzo 19, 2013

EL ELEMENTO AIRE.


El Aire es pensamiento. Es movimiento, contacto, comunicación, y los impulsos de la mente. Es la flexibilidad de acción - lo rápido, lo alerta, lo chispeante y lo nuevo. Se estira hacia afuera y hacia arriba, hacia abajo y hacia adentro. Es flotante, flexible, cede ante el estado de ánimo, y sin embargo es aún fuerte y persistente.

El Aire es hijo de la Sabiduría, nuevo en la vida, de ojos abiertos, expectante y apresurándose precipitadamente a la luz. A veces tormentoso, sopla, baila, fastidia, busca, pregunta, desarrolla y respira. Se esfuerza en aprender y enterarse. Puede rugir, aullar y atormentar.

Es el suave toque de la inspiración - la fresca brisa primaveral de la razón, danzando en nuestros cabellos cuando caminamos por el valle del descubrimiento. Tiene la inocencia de los corderos retozando en la colina, y el estallido súbito de la luz encima de la oscuridad del horizonte.

El Aire es la Espada de nuestra protección, un valiente retador a la voz de la emoción y del deseo. Crece, y en su crecimiento da nacimiento una y otra vez, lanzándose, arrastrando, haciendo olas en las aguas, ondula en los árboles de la tierra y abanicando el fuego del hogar en nuevas llamas. También puede cabalgar en la tormenta de su propia hechura. Sopla polvo en la cara de la estabilidad, convierte las ascuas en un furioso infierno y castiga las peñas en el mar, blanco con el rocío del ventarrón aullante de un amargo viento del este - la razón convertida en un disturbio.

El Aire es una idea, un pensamiento objetivo, una llamarada de inspiración e ingeniosidad. Es el brillo del genio, o la inquieta agonía de una mente atormentada. Es el nacimiento de la comunicación, que yace en el Este, donde la fe y el día empiezan. El Aire es el alba de la conciencia a través de las brumas de la inocencia, y es el heraldo de la Inteligencia del Espíritu cuando respira sobre la tierra.

El Aire dentro de nosotros

¿Alguna vez te han perseguido las hojas en otoño, y te has reído cuando saltaron sobre tus pies? ¿O has ofrecido la cabeza al viento mientras caminabas en los abiertos espacios del campo? El Aire tiene que ver con nuestro pensamiento y nuestra razón, y para expresarlo necesitamos comunicarnos, lo mismo que una brisa juguetea con nuestros cabellos, luminosa, brillante y fácil.

Como elemento, es casi totalmente incontenible pues no podemos verlo. No es sólido como la Tierra, o ardiente como el Fuego, o fluido como el Agua. Si tratamos de cogerlo, obtenemos un manojo de nada, lo mismo que si tratamos de coger un pensamiento, que se resbala de nuestro agarre. Los pensamientos y las palabras no nos pertenecen, así como el Aire no está bajo nuestro control. Probablemente todos hemos experimentado el sentimiento de “tener la mente en blanco", o haber "quedado sin palabras."

El Aire no le debe nada a ninguno de los otros elementos, pues él es el amo de su propio destino; sin embargo, cuando está atrapado en bolsillos de agua o de tierra, puede volverse pesado y opresivo por falta de movimiento. El Aire nació para ser libre, así como nuestras mentes deben permanecer claras y ágiles, sin ser nubladas por la emoción o el prejuicio.

Demasiada estabilidad puede amortiguar la alerta y la originalidad, pero demasiadas preguntas pueden cegarnos a la simplicidad del sentido común. Compara el viento en las diferentes estaciones del año, desde la ligereza de una brisa primaveral hasta los vientos helados de pleno invierno, y mira cómo pueden afectar a los otros elementos, y a ti y tu naturaleza.

¿Cómo usas tus pensamientos? ¿O tus pensamientos te usan, dominan tu vida? ¿Por qué no comenzar a llevar un diario de lo que percibes sobre ti mismo, y comenzar a buscar quien eres verdaderamente?

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