Hablar con el corazón, con palabras sinceras y sentidas.
Hablar desde el alma para que no hayan mentiras.
Necesitamos hablar para entendernos, no para manipular y ser objetos.
Necesitamos hablar y recuperar el poder de la palabra.
Entender que a veces el silencio también habla.
Hablan los ríos, las piedras, los arboles, la tierra, pero aun no aprendemos a hablar su idioma,
entonces sobran las palabras entre nosotros.
Hay que hablar siendo consciente de quienes las usan para ayudar y quienes las usan para dañar.
Hay que equilibrar la forma en que nos expresamos, la palabra es una acción cargada de energía, hablar no cuesta nada pero pocas veces recordamos su importancia.
Necesitamos hablar, con el lenguaje universal, aquel con el que a veces las miradas hablan solas y los sentidos se agudizan.
Marcela Paz Peña Sarmiento
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