Los mensajes de los árboles.
Entre los cientos de mensajes que recibí del nivel del alma del mundo mineral, vegetal y animal, sólo una especie –los árboles- han hecho un llamado urgente y poderoso. La inteligencia angélica de los árboles ha pedido que la humanidad actúe.
Desde la perspectiva del mundo angélico, es vital que modifiquemos nuestra actitud sobre el valor y la importancia de los árboles, la piel de la Tierra, la cual requiere un cambio vital. La destrucción de los bosques en todo el mundo, está poniendo en peligro la vida del planeta.
Hace mucho que conocemos algunos de los servicios que los árboles prestan al planeta, tales como mantener la cohesión del suelo, equilibrar las napas de agua, absorber el dióxido de carbono, proveer morada a muchas especies. Ahora, comprendemos con mayor precisión, como no lo comprendíamos años atrás, algunas de las derivaciones de esos servicios. La tala de árboles es la causa de muchos de los llamados desastres naturales, como las inundaciones y las sequías. Destruir árboles –los órganos de respiración del planeta- contribuye al efecto invernadero. Aun así, en estos tiempos, los árboles son cercenados, quemados y derribados a razón de unos ocho mil metros cuadrados por segundo.
También en el nivel mental y en el emocional, los árboles tienen una influencia importante. La naturaleza de su ser produce estabilidad y paz y da incontables lecciones sobre la interconexión de la vida. Tienen un aura propia, sonido y perfume. Todas eso nos beneficia, y su carencia afecta nuestro equilibrio y puede obstaculizar el desarrollo de nuestras sensibilidades superiores.
Posiblemente todos recordamos la experiencia de habernos recostado contra un árbol sintiendo gradualmente cómo la calma ingresaba en nuestro ser, o de llegar a un bosque sintiéndonos sobrecogidos, y al rato nos encontramos tranquilizados junto a los grandes árboles. Las inteligencias arbóreas me sugirieron una vez que las grandes ciudades se beneficiarían tremendamente si se las rodeara de amplias superficies con árboles, que ofrecieran paz y refugio al panorama urbano, con sonidos y perfumes que permitiesen a los preocupados habitantes de la ciudad recuperar la cordura. Los parques en las ciudades ayudan a esto, pero son “pasteurizados” y, por lo tanto, no proyectan la poderosa libertad de los bosques más naturales.
A pesar del impacto negativo que nuestros actos ejercen sobre los árboles y su funcionamiento, el espíritu con que ellos nos responden en estos mensajes es vasto y noble. Dicen que nos ven como adolescentes que aprenden de sus errores, cómo comportarnos y crecer. Ellos siempre reconocen y estimulan nuestro magnífico potencial como seres humanos.
Los devas nos urgen a actuar, a usar el poder que tenemos los humanos para colaborar con un mejor equilibrio en el planeta. Actuar sobre lo que se sabe de la necesidad de tener árboles implica grandes cambios en nuestros puntos de vista y en la organización de la sociedad, tanto económica como socialmente. Los árboles ven que el poder de la voluntad y de la imaginación humana exceden el de nuestros miedos, y transforman sistemas obsoletos. Sin duda, perciben que, como sea, nuestras políticas miopes en el manejo de los bosques deberán desaparecer tarde o temprano. Pero el momento de cambiar y buscar alternativas es ahora.
Cuando “escuchamos” interior y exteriormente, entendemos que somos uno con el universo. Quizás los árboles son el aspecto de la naturaleza más bello para aprender esa verdad. Ellos nos dan sombra, refugio, y se transforman en la carne y los huesos de nuestras casas. Durante nuestro largo pasado, hemos tenido un vínculo estrecho con los árboles y, en la actualidad, pueden ayudarnos en la relación con nuestro verdadero yo. Asegurémosles un futuro.
Algunos mensajes de los devas de los árboles
“Somos guardianes de la Tierra en muchos aspectos, y los seres humanos deberían ser una parte de lo que cuidamos. No somos cosas; somos, en cierto modo, como una escuela de filósofos benevolentes, con pureza que no es humana y un gran deseo de servir a la humanidad. Los árboles son vitales para el ser humano y para la vida en este planeta, y algunos de nosotros estamos ansiosos por experimentar este contacto con algunos humanos antes de que otros destruyan lo que hemos construido".
“El ser humano está ahora transformándose en regulador de los bosques del mundo y está comenzando a darse cuenta de cuán necesarios son. Pero cubren hectáreas enteras con especies de crecimiento rápido, seleccionando árboles por razones económicas, sin ser conscientes en absoluto de las necesidades del planeta. Esto demuestra una total ignorancia de la finalidad de los árboles y de su capacidad de canalizar diversas fuerzas. El mundo necesita de nosotros en una escala amplia. Quizás si el ser humano estuviera en armonía con el infinito, como lo estamos nosotros, y estuviera contribuyendo y colaborando, las fuerzas estarían en equilibrio. Pero, en la actualidad, el planeta necesita más que nunca lo que se le niega: la fuerza que proviene de los árboles grandes y majestuosos".
“Comprende, los árboles son como una membrana protectora para la Tierra y en esa membrana se efectúan cambios necesarios. Nosotros, los Devas, somos los centinelas externos de ese cambio, capaces de hacer nuestro trabajo donde otros no podrían. Nuestra más elevada alabanza emana como el aroma de una flor y bendice a todos los que vienen y descansan en nuestra aura, en nuestros bosques, aunque los humanos –absortos en sí mismos- no estén conscientes de nuestra presencia. Los árboles, guardianes enraizados de la superficie, que atraemos las fuerzas superiores hacia la Tierra a través del suelo, tenemos una ofrenda especial para el ser humano en esta era de velocidad, apresuramiento y negocios. Somos calma, fuerza, permanencia, alabanza y armonización, todo lo cual es sumamente necesario en el mundo. Somos más que eso.
Somos expresiones del amor del Creador por su vida abundante, singular e interrelacionada. Tenemos un propósito. No podemos prescindir unos de otros, no importa cuán aislados estemos en sentido geográfico. La totalidad de la vida está aquí y ahora, y es nuestro privilegio hacer sonar nuestra nota especial. Ven a nuestro lado siempre que puedas, y eleva tu conciencia".
Somos expresiones del amor del Creador por su vida abundante, singular e interrelacionada. Tenemos un propósito. No podemos prescindir unos de otros, no importa cuán aislados estemos en sentido geográfico. La totalidad de la vida está aquí y ahora, y es nuestro privilegio hacer sonar nuestra nota especial. Ven a nuestro lado siempre que puedas, y eleva tu conciencia".
“No seamos mezquinos con el futuro. Grandes regiones necesitan de nosotros, y por nosotros quiero significar los grandes árboles en general. Simplemente, no podemos enfatizar esto lo suficiente. Somos la piel de este mundo; elimínennos y todo el planeta, ya incapaz de funcionar, se resecará y morirá. Déjennos ser, y la criatura toda ronroneará de satisfacción; la vida continuará su secuencia natural, tornándose cada vez más consciente de la unidad".
“El planeta clama por nosotros al unísono; pero el ser humano, dedicado a sus propios asuntos, sigue absorto su camino. Nosotros continuamos iluminando desde arriba, listos para desempeñar nuestro papel como siempre. Hemos sido parte del destino de este mundo desde hace tanto tiempo, tan indispensables al humano que no podemos concebir la idea de un mundo sin la restitución de los bosques".
¿Comprendes ahora por qué hemos insistido sobre la necesidad de que haya árboles en la superficie de la Tierra? Los grandes bosques deben florecer y el ser humano debe cuidar de ellos si desea continuar viviendo en este planeta. El reconocimiento de esta necesidad debe tornarse parte de su conciencia, tan aceptada como su necesidad de agua para vivir. Él precisa de los árboles de la misma manera que del agua; están interrelacionados. Somos, en verdad, la piel de la Tierra, y una piel no sólo cubre y protege, también deja pasar las fuerzas de la vida. Nada podría ser más vital para la vida como un todo que los árboles: árboles y más árboles".
“Canalizamos un tipo de fuerza que tiene una influencia estabilizadora en la vida. La verdad les habla de construir sus cimientos en rocas, que es lo que nosotros hacemos y lo que inconscientemente les recordamos que hagan. El ser humano no se da cuenta de que, entre otras cosas, su ambiente natural está lleno de fuerzas que corresponden a alguna parte de su propia constitución, y que él recibe la influencia del ambiente que lo rodea en muchas formas sutiles. Aquí, también, los grandes árboles tienen un papel poderoso que desempeñar, y ustedes están privados de una parte de sí mismos y de su herencia cuando desnudan la Tierra despojándola de los grandes árboles.”
David Spangler
Escritor y educador nacido en los Estados Unidos. Entre 1970 y 1973 vivió con la Comunidad Findhorn de Escocia, donde inició su programa educacional y escribió algunos libros. Ahora tiene su base en la Universidad de Wisconsin, donde continúa conferenciando y enseñando. Mantiene un delicado equilibrio entre la visión espiritual y las preocupaciones prácticas. Entre sus libros están Revelation y The Laws of Manifestation.
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