julio 08, 2012

Sinceridad...Honestidad

Sinceridad no significa simplemente hablar con franqueza. Significa     conocer claramente lo que sucede dentro de ti.
    Tal claridad se refleja en tus palabras, que tendrán el poder de la     verdad, y surgirán con facilidad y sin vacilaciones. La sinceridad     genuina cultivada dentro de ti es lo que les llegará a
    los demás y les influirá.

    Si los demás te influyen fácilmente a ti, tu capacidad de ser     sincero se reduce. Los demás no podrán recibir de ti ese sentimiento     de verdad, y en tus relaciones no habrá un sentimiento de amor.     Parecerán superficiales. Aunque el amor superficial es mejor que la     carencia de amor ya que por lo menos asegura que no te vuelves     totalmente frío, es obvio que no es el auténtico.
    Se necesita mucho coraje para ser honesto. Una de las cualidades más     nobles de una persona es la capacidad de decir: «Lo siento. Estaba     equivocado y tú tenías razón». Lo que importa no es tener razón,     esgrimir argumentos contundentes o lograr que acepten mis ideas. Lo     que importa es ser capaz de reconocer mis errores, hacerme     responsable de ellos, aprender la lección y seguir adelante con     mayor grado de madurez.
    La honestidad espiritual significa: “sé fiel a tu propio ser”. Es     uno de los pilares de la grandeza, ya que permite experimentar el     amor de Dios, y el sentimiento de que Dios y yo estamos muy cerca.     Hay un gran poder en esta experiencia. Por desgracia, en lugar de     disfrutar de tal grandeza de una forma natural, la mayoría de las     personas renuncian a esta oportunidad poniendo excusas. Las excusas     también son una forma de la falsedad.
    Donde hay sinceridad y honestidad, los sentimientos se vuelven puros     y limpios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario