Para poder decir Sí, tienes que sudar y remangarte la camisa y sumergirte en la vida hasta los codos. Decir No es fácil, incluso cuando ello signifique la muerte.
-Jean Anouilh
Vivir la vida
No hace mucho me invitaron a una fiesta. Al principio me sentí emocionada porque supuse que conocería gente nueva; en ese momento quería hacer más grande mi círculo de amistades. Más tarde, cuando llegó la noche de la fiesta, podía sentir un deseo cada vez mayor de quedarme en casa. Incluso empecé a justificar mi estado diciendo, "Bueno, la fiesta empieza en una hora y puede que llueva. Mi vida ya me llena lo suficiente tal como es. Ni siquiera se darán cuenta si voy o no voy. No es la gran cosa." Mis necesidades de tranquilidad y de expandir mi círculo de amistades parecían encontradas. En ese momento mi necesidad de descanso era mayor, así que jugué con la idea de romper el compromiso que había adquirido conmigo misma y con la amiga que me había invitado.
¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿Quieres algo con fuerza pero, más tarde, no te animas a ir a por ello? A veces decir que no es más fácil. Significa que no tenemos que aprender nada nuevo o sentir incomodidad al estar ante una situación desconocida. Y podemos contarnos que la razón por la que no queremos lo que habíamos deseado es porque el Universo no nos lo ha dado. Decir que sí significa arriesgarnos y aceptar todo lo que ello implica. Decir que sí significa crear la posibilidad para el cambio simplemente porque tenemos el valor de encararlo.
Al final fui a la fiesta y me lo pasé en grande. Conocí a gente nueva que compartía mis valores y conecté con una comunidad de personas que están trabajando para tener más paz en el mundo. ¡Imagina cuánta abundancia hay en todo ello! Si me hubiese quedado en casa hubiera hecho mejores migas con mi televisión. Mmm.
Hoy, date cuenta de las oportunidades que tengas de decir que sí para enriquecer tu desarrollo personal.
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